...saliendo de la ciudad el...

Sin saber muy bien que hacer, sin pasaporte, con el dinerillo justo pero con ganas de ver algo más que ciudad, coches, obras y de hacer algo más que trabajar, a última hora Kike y yo cogimos la tangente y nos fuimos de paseo. Tres días con los ojos como platos donde pasamos del desierto al océano y de las piedras al oasis.

...en resumen...inshala...

Pues como pasa en los relojes, el tiempo pasa…tic, tac, tic, tac… la diferencia está en dejarse guiar por el reloj o ser dueño de tu tiempo, aunque está claro que algunas veces nos debemos someter a las agujas de la rueda horaria por obligación del camino que tomamos (trabajo, acuerdos, etc). Aquí he descubierto la palabra “inshala”, presente en casi todas las conversaciones. Traducida al castellano estaría en medio de un “ojalá” y un “quizá”, a veces queriendo decir “si dios quiere”, otras “quien sabe”, a veces es probablemente si y otras probablemente no, inshala. Más que una palabra, es un detalle del cambio de concepto vital, una muestra de cómo pensamos el mundo de diferentes maneras, que en la idea de ir haciendo camino no pesa tanto la decisión como el comprender y descifrar todo lo que se nos cruza en él…

...una de fotillos...oido cocina!

Bueno, pues  siete días ya en estas tierras de incienso, oro (se trabaja mucho más la plata) y mirra que te mirra. Por el momento no llevo hechas muchas foticos, con los ojos como platos allá por donde me llevan los andares se me olvida hacerlas. También cuenta que por muy nuevo que sea todo esto para mi, no deja de ser el cotidiano para las gentes de este lugar y caminar como si estuviera en un "zoo" (que nadie se ofenda) sería faltar al respeto de los que trabajan y dan vida a las calles, que son muchxs. Aunque si les preguntas si si les puedes hacer una foto no suelen decir que no, al contrario, sonríen y alguno que otro hasta posa y te pide ver las fotos.
Pues aquí va alguna que otra:

...31/Agosto/2011 o 31/Ramadan/1432...

Sexto día en Omán, primer día de luna nueva que anuncia el fin del Ramadán. La brújula cada día algo más ajustada, aunque siga teniendo la sensación que alguien, por la noche, se dedica a girar las calles y cambiarles el nombre. He conseguido alquilar un caballo blanco de nombre "Mazda 2" y rebautizado como "machina", que me está ayudando a conocer la ciudad y refugiarme un poco del calor constante que azota estas tierras.