viernes, 11 de noviembre de 2011

...erase que sera...

Después de Turandot, llegó la calma. Una vez pasado el desmontaje y carga de la primera gran producción el teatro aflojó el ritmo a la espera de la llegada de Carmen. Entre medias una serie de conciertos y ballets. Hasta ahora: Plácido Domingo sings to Oman, Renée Fleming & Royal Philarmonic Orchestra, Don Quixote por el American Ballet Theatre, Andrea Bocelli & The State Hermitage Orchestra, London Philharmonic Orchestra &   Yo-Yo Ma y Giselle interpretada por Teatro alla Scala Ballet Company. De sala de concierto a teatro, viceversa y tiro porque me toca.
Lo mejor de bajar el ritmo es que empiezan las compensaciones horarias, lo que da pie a seguir descubriendo Oman más allá de la capital.


Después de haber tanteado el desierto en la primera salida, en la segunda se trataba de cruzarlo por la ruta sencilla, de sur a norte. Para ello teníamos que llegar al campamento Beduino situado a orillas del Mar Arábico de nombre Qahid, la costa del Océano Indico el la Península Arábica. 

Los preparativos, las etapas y el trazado de la ruta fueron sencillos:

- El equipo: Como compañero de viaje Koen, amigo Belga a los mandos de la mecánica del teatro y "fratello" al volante del Toyota Prado que alquilamos. Para la infraestructura necesaria no hizo falta más que preguntar a los compañeros y amigos que tenemos cerca. En un día reunimos todo lo necesario: GPS, compresor para la presión de las ruedas, tester de presión, palas, tanques de gasolina, tanque para agua potable, bolsa de agua solar, cocina de gas, lámpara de gas, cuerda, barbacoa, neveras... con eso y una visita al supermercado estábamos listos a falta de definir la ruta y las etapas.
- La ruta: Para ayudarnos a plantear el viaje contamos con los consejos de Denis Fournier, hermano francés, viajero y expatriado desde hace 15 años junto a su familia aventurera (mujer y 3 hijos). Para hablar de él y su familia será mejor hacerlo en otro momento, solo decir que gracias a ellos mi concepto preconcebido e importado de lo que es un trabajador expatriado cambió a mejor, a muchísimo mejor...Gracias Denis!
Después de escucharlo, mapa en mano y atentos a todos los detalles que nos daba el plan quedó de la siguiente manera:

DIA 1: Salida desde Muscat y llegada a "Barr al Hikman", siguiendo la ruta 32 hasta Al Jubah y tomando el desvío a Mahoot/Hijj. Ahí empezar el camino fuera de carretera en la frontera entre las regiones de Al Wusta y Ash Sharqiyah que nos haría cruzar el desierto de sal y llegar a Ra´s al Mishäyü, santuario de aves y tortugas para pasar la noche.
DIA 2: Atravesar el desierto de sal rumbo norte hasta encontrar la carretera que nos llevaría hasta Qahid, donde empieza una de las rutas que atraviesa el desierto y adentrarnos en él para pasar la noche entre estrellas y susurros beduinos.
DIA 3: Seguir la travesía del desierto hasta Al Mintrib donde retomaríamos la carretera que nos llevaría de vuelta a Muscat, por el interior o por la costa, a elegir...

Total de la ruta: tres días, dos noches, 1200/1600 Km, mar-desierto-mar...

Pero... he aquí la cuestión: podemos ser dueños de nuestras decisiones, palabras y hechos pero nunca de todo lo que se nos cruza en el camino... 

...DEL DICHO AL HECHO HAY UN TRECHO...

El día que empezábamos el viaje se asentó en el cielo Omaní una borrasca de las que lo pintan todo de gris y dejan caer agua como si no hubiera un mañana para llover, aún así decidimos continuar con el viaje.
Lo que aprendimos: siempre se puede seguir adelante llueva, nieve, truene o lo que sea que se te ponga delante pero nunca, nunca,  hay que dejar de escuchar y sentir los mensajes de la sabia natura y lo que te dice tu interior...
De aventurilla pasó a aventurón, carreteras cortadas por el agua, cruces de camino con el agua tapando el capó del coche, agua, agua y más agua, lo que era tierra fue barro, lo que eran tres días fueron cuatro, dos días encallados en los barros del desierto de sal, la ayuda llegó después de atravesar a pie 8 km de desierto de sal embarrado, descalzos, rodeados de cristales de sal que dejaron mella en nuestros pies y con el sol de medio día, además lo apasionante de descubrir las arenas movedizas y movilizar máquinas, trailers, 25 personas...

...era se que séra...

DIA 1: FELICIDADES REINA MORA!! Dos añazos y empieza el tercero. Parpar te envía besos grandes y a miles, entre nubes, lluvias, cielos y mares se que te llegarán. Me encantaría poder estar cerca...
Salimos de Muscat a las 07:00 con el cielo gris cruzando los dedos para que se despejara a lo largo del día. Dos horas más tarde teníamos sobre nuestras cabezas una de las tormentas más grandes que recuerdo, bajo las ruedas del coche un palmo de agua que nos acompañó casi todo el trayecto. Pasado medio día la lluvia paró y solo quedaron los Wadis desaguando el país entero. En Mahoot paramos cerca de dos horas y media esperando que el wadi que cruza el pueblo bajara de nivel y dejara paso a las hileras de coches que esperaban a ambos lados, algunos de ellos desde las nueve de la mañana. Aprovechamos para comer y ayudar a algún que otro turismo que se había quedado parado en mitad de algún gran charco enganchándolo a nuestro 4x4 y remolcándolo hasta algún lugar mas seguro.
Una vez bajado el nivel del wadi pasamos a la otra orilla con el agua tapando el capó del coche y seguimos en busca del camino que nos conduciría a las aguas del mar. Las pistas del suelo se habían borrado por lo que en las dos primeras trazadas no dimos con el camino correcto y encallamos un par de veces, bajando del coche pala en mano y cavando para salir de allí. Tuvimos que volver a la carretera  para tratar de adentrarnos en el desierto (mojado) de sal unos kilómetros más allá de donde pensábamos. 
Atravesándolo el paisaje era espectacular. Una capa de agua lo cubría todo, el reflejo del cielo con los tonos rosados del atardecer asomando entre las nubes grises nos hizo pensar que flotábamos en algún lugar entre el mar y el cielo. Debajo de la capa de agua miles de pequeñas conchas indicaban que de vez en cuando el mar llena todo ese territorio, los cristales de sal nos dejaron imaginar lo que podían ser, años ha,  las caravanas de camellos transportando sal de esas tierras. Finalmente llegamos a la línea de costa repleta de aves, grandes, pequeñas, más grandes y más pequeñas... ahí pasamos la noche...


Así empezó, dos a la aventura y el cielo encapotado...

El mapa...

y el cielo se cerró...

y llovió...

y llovió más...

y nos tuvimos que parar...

pero no éramos los únicos.

Después tuvimos que cavar...

y flotar...

DIA 2. El despertar del segundo día auguraba las mejores cosas. La luz nos despertó antes de las seis de la mañana, rodeados de mil pajarillos y un grupo de flamencos desayunando. Nosotros hicimos lo mismo, campingaz en mano un "tecito" y unas tostadas a la luz del temprano lorenzo acompañados de un sinfónico piar. Una vez subidos al coche cogimos el camino que intuimos era el del día anterior, con la intención de deshacer lo hecho y no tener problemas, no acertamos. A las siete y diez de la mañana habíamos hundido el coche en el barro a los 40 metros del punto de partida. Durante horas hicimos por salir de allí pero fue imposible. Utilizámos todo lo que estaba a nuestra mano: maderas, palmas, piedras, alfombras, caparazones de tortugas, huesos... pero todo lo que poníamos bajo las ruedas era engullido por el barro. Los bajos del coche apoyaban en el suelo, las ruedas traseras con la suspensión estirada del todo habían perdido toda tracción y pensamos en un plan B. Mientras Koen se quedaba en el coche, por si acaso pasaba alguien (ingenuos), yo cargué mi mochila con agua y con el sol de medio día me dispuse a cruzar los 8 Km. que nos distanciaban de la carretera. Lo que pensaba hacer en hora y media fueron en realidad casi tres: y es que es difícil caminar en el barro y hundirte hasta la cintura y salir como sea, además conoces la capacidad cortante de los cristales de sal...
Al llegar a la carretera, de barro hasta arriba, intentar parar un coche y explicar lo que había pasado sin hablar árabe fue curioso de ver y vivir... finalmente un pescador de Masïrah me acercó al puesto de policía más cercano, unos 40 Km. más o menos. Hablaba inglés por lo que pude explicarme y él lo tradujo todo. No se muy bien como pasó pero, al rato volví a estar en el mismo punto de la carretera con el coche de policía alejándose, junto a un accidente de camión y con un gran interrogante en la cabeza. Si unas horas antes había sido complicado parar un coche ahora lo fue más, pese a todo conseguí presentarme por segunda vez en la comisaría gracias a un Omaní que me acercó y que durante el trayecto solo me preguntaba por mi religión...ups... y yo que me la había dejado no sé donde...
Esta vez en la comisaría un policía que hablaba inglés, Hamid. Movió más que el anterior y acabó dándome el número de teléfono de la compañía de mantenimiento de carreteras alegando que ahí estaba la ayuda. Al llamar a la compañía me dijeron que ningún problema que acababa un trabajo que estaban haciendo y se presentaba allí, con una excavadora al rescate hacia las 10 de la noche... 
Eran casi las 6 de la tarde y por arte de magia apareció Koen en la comisaría con una sonrisa de oreja a oreja. Me explicó que había cogido el GPS para hacer exactamente la ruta del día anterior y verificar el estado del piso por eso del rescate, al llegar a la carretera un autobús le acercó hasta allí... Hamid nos invitó a sentarnos con sus compañeros, extendieron una alfombra en el suelo y nos trajeron comida (poratha, hummus, carne, queso, fruta fresca, Halawa, té y café) pasamos un muy buen rato acompañados de la policía, quién lo iba a decir, igualito que en las españas...
Las horas pasaron rápido en buena compañía, reímos, fumamos, hablamos y finalmente se presentó el rescate, un trailer con una máquina de 25T. con ruedas de 1,70m. de diámetro escoltada por un 4x4. Recogimos los bártulos y continuó la aventura...
Siguiendo las pistas del GPS encontramos el inicio del camino del día anterior, bajaron la pequeña máquina del trailer y nos pusimos manos a la obra: a los mandos el conductor, a su lado Koen con el GPS y fuera sentado en el guardabarros de una de las ruedas yo mismo... Estábamos a unos 500m del coche cuando de repente pasó lo que no tenía que pasar. Lá excavadora se escoró y quedo hundida en el barro... mmm... más o menos un metro y medio...mmm... Halash, se acabó por hoy. No había nada que hacer. Noche cerrada, en mitad de un barrizal con una máquina de 25 toneladas hundida se acabó al día siguiente otro gallo cantaría. Cada uno hizo sus llamadas de rigor para informar y planear algo y al coche a dormir. Eso si, el cielo estaba despejado, cuarto creciente y un mapa de estrellas que nos abrazó y quitó la preocupación... buena noche, largos sueños...

El amanecer del día lo prometía todo...

el final del día lo explicaba...

DIA 3. El día del rescate. A las 6 de la mañana oímos a lo lejos el rumor de un motor, estaba ahí, una segunda máquina más grande que la primera venía al rescate. Nos pusimos a andar en dirección a la primera excavadora cuando vimos lo que no tenía que pasar: la segunda encalló también!!! Por lo menos esta vez no fue para tanto y con unas horas de trabajo la conseguimos sacar. La situación era la siguiente: Una máquina encallada, la otra intentando tirar de ella, 5 pakistaníes, Koen y Yo. Después de varios intentos, alguna que otra caída, otro amago de hundir la máquina y el sol en la nuca  tuvimos que hacer una pausa, al coche a comer y beber un poco. Ya que estábamos allí intentamos sacar el coche, no pudo ser y empezó otra ronda de llamadas. A las dos horas el equipo creció: 1 máquina hundida, dos al rescate, 5 pakistaníes, 2 Bangladeshís, 3 Omanís, 10 Indios, el gobernador de la región y su camarada, Koen y yo.
Paso 1: rescatar la primera máquina hecho. Las dos bestias tiraron como no se cuantos caballos y la tierra regurgitó al monstruo. Paso 2: rescate del coche hecho pero con peros: nadie quiso arriesgarse a hundir, otra vez, cualquiera de las máquinas. Al final como antaño, cuerda y fuerza humana y uno, dos, tres y bluuuup: salió del hoyo... si es que somos maquinistas!!
Cansados, quemados y embarrados hasta las cejas aceptamos la invitación de un rescatador para ir a su casa a darnos una ducha y comer algo... 
Durante la cena coincidimos con una pareja de holandeses, de ruta con un guía Omaní, dispuestos a cruzar el desierto al día siguiente. Los ojos nos hicieron chirivitas y preguntamos si nos podíamos unir. Quedamos con ellos  a las nueve de la mañana en Qahid, la entrada del desierto. 
Ese día acabó en el mar, cerca del punto de quedada, respirando vientos de yemayá...

Así estábamos...
Así estaba ella...

El camino del rescate...

Rescatando al rescatador...

Pisando seco.

DIA 4. ...y cruzámos el desierto...

Qahid, el campamento beduino a los pies del desierto tocando el mar.

El mar de Qahid.

Las puertas del desierto.

La expedición.


Khalid, el guía...

Koen.

Las lenguas, el infinito.



Se puede planear, hacer mil cábalas, tener las cosas claras, saber dónde se quiere llegar, creer en los horarios...pero en el camino hay que vivir y a veces desviarse para llegar al objetivo.


"Es mejor encender una luz que maldecir la oscuridad."

7 comentarios:

  1. Joder ferran!!!! Menudo peliculon!!!!! Estoy flipao con tus excursioncitas.... Besos

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  2. Lo curioso es que después de estar tres días encallado en el barro, el coche acabara tan limpio O_O

    ¡¡¡Yo dejé un día el coche aparcado en casa de tu abuela y acabó muchisísimo peor!!!!

    Qué cosas....

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  3. Yo me conocía ya la historia y sigo pensando que estas como una cabra montesa, por favor, sigue de expedicionista pero lleva un guia!!!
    Y he de decir que es la primera vez que te veo con camiseat blanca jajajajaja!!
    Muchos besos Mr.Omaní!!

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  4. ¿Se pueden comprar los derechos para una capítulo de... "Perdidos", por ejemplo? Lo bueno es que detrás de las nubes, estaban las estrellas... Cuídate los pinreles... que tiene una poca de superficie.
    Luvyu.

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  5. Ferran,oblidat del desert i de la sorra d,aquest pais que tant sols et porta problemes i deixa lo de trepitjarla, per quant vinguis a palamos.

    Els teus amic d,argentona

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  6. Hola Ferran,
    Me marcho dentro de diez días a Oman y me
    gustaría saber, a ver si nos puedes ayudar, si existe carretera o camino transitable de Qurum a Barr al Hikman.
    Me encantó tu relato!

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